martes, 10 de octubre de 2017

!Se me va a hervir la leche...! Día Internacional del Dulce de leche

Desde 1995, cada 11 de octubre se celebra el “Día Mundial del Dulce de Leche”, una iniciativa que propone rendir tributo al manjar nacional que fue reconocido como “Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico de la Argentina”. La Cámara Argentina de Productores de Dulce de Leche y Afines (Capdlya) destacó que el exquisito producto reconoce en el país una variedad de clases que abarcan el tipo tradicional, familiar, repostero, heladero y alfajorero .
Los argentinos son los primeros consumidores mundiales a razón de tres kilos anuales per cápita. Este manjar, junto con el asado, las empanadas y mate, integra el patrimonio cultural gastronómico nacional.
Se lo consume de todas las maneras posibles como acompañante de postres como el flan o panqueques, relleno de cualquier torta y golosina o como ingrediente principal en helados y licores.
Si bien cada productor resguarda su fórmula, el dulce de leche argentino se elabora a base de leche de vaca, azúcar, esencia de vainilla y bicarbonato de sodio con algunas variantes por ejemplo con leches de vacas holando Argentino y Jersey, de ovejas, cabras y búfalas que se incluirían en las versiones gourmet.
Sobre el origen del dulce de leche, existen varias leyendas que se atribuyen países de Asia, Europa y América con variedad de nombres como arequipe en Colombia y Venezuela ;manjar en Chile y manjar blanco en Perú y  Cali; Cajeta se lo llama en México, Fanguito en Cuba y dulce de leche en Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Puerto Rico, República Dominicana y  Ecuador .
En 2003, el cronista argentino Victor Ego Ducrot manifestó que el dulce de leche se originó en Chile, llegando a Cuyo y luego a Tucumán, donde se utilizó como relleno para los alfajores. En 2008, durante el Primer Seminario de Patrimonio Agroindustrial de Mendoza, el arquitecto argentino Patricio Boyle dio cuenta de que en 1620 el Colegio de Mendoza reportó en su libro de gastos la importación de varios frascos de «dulce de leche chileno»: «Se importan en el siglo XVII varios frascos de manjar, el célebre dulce de leche de origen chileno y que viajan a través de la cordillera hasta el colegio de Mendoza». En Chile existen registros de su consumo desde la época colonial.
En Brasil, se encuentra un relato escrito acerca de la producción de dulce de leche, datado en el estado brasileño de Mina Gerais en 1773. El naturalista suizo Johan Rengger, quien viajó al Paraguay entre 1819 y 1825, menciona en su libro Viaje al Paraguay en los años 1818 a 1826, la elaboración de dulces producidos, entre otros, a partir de leche y almíbar de azúcar. En este país el dulce de leche se considera un producto tradicional. Uruguay argumenta que el dulce de leche debería considerarse típicamente rioplatense y no exclusivamente argentino, como la casi totalidad del patrimonio cultural de ambos países. En torno a este hecho se desató una polémica cuando en abril de 2003 la Secretaría de Cultura de la Nación de Argentina anunció su intención de declarar patrimonio cultural argentino el asado, las empanadas y el dulce de leche. En respuesta a este intento, Uruguay elevó un pedido ante la Unesco para que esos tres productos se consideren, debido a su origen incierto, integrantes del patrimonio gastronómico del Río de la Plata. El organismo aún no se ha expedido sobre el tema-

No podemos dejar de mencionar la versión argentina, que cuenta que el Dulce de Leche llegó a nuestras vidas, según un relato escrito que se encuentra en el Museo Histórico de la Nación, que data su invención hacia el año 1829 en vísperas de la firma de un pacto de paz entre Juan Manuel de Rosas y su enemigo político Juan Lavalle en la estancia de Rosas en el partido de Cañuelas(Capital Nacional del Dulce de Leche).

Lavalle llegó primero y, muy cansado, reposó sobre el catre de Rosas, quedando dormido.
La criada de Rosas, mientras hervía leche con azúcar,  la lechada como se le llamaba,  para acompañar el mate de la tarde, se encontró con Lavalle durmiendo en el catre de su patrón. Ella se asustó y corrió a dar aviso a los guardias.
Más tarde arribó Rosas, quien no se molestó con Lavalle y pidió a la criada el mate con leche, quien recordó en ese momento que había desatendido la leche con azúcar en el fuego, dejándola hervir más de lo normal.
Al buscar la lechada, la criada se encontró con una sustancia marrón y espesa. Su sabor deleitó a Rosas que compartió el dulce con Lavalle mientras trataban los puntos del pacto.

Un relato similar es la del cocinero de Napoleón Bonaparte que también se le paso la cocción de una preparación de leche y azúcar pero esto transcurría muchos años antes, mas precisamente en 1804.
El historiador Daniel Balmanceda, autor del libro La comida en la historia argentina señaló que "en general todo este tipo de información se encuentra en correspondencias, diarios íntimos y documentos de la época".
Balmaceda explicó que "había pistas a lo largo de los años. Primero surgió una anécdota que involucra a la escritora Victoria Ocampo, quien quiso impresionar al director de orquesta ruso Igor Stravinsky y le ofreció nuestro dulce, pero él le dijo que eso se llamaba Kajmak. 'Es una comida de nuestra tierra'", aseguró.
El historiador halló luego "una correspondencia de Tomás Anchonera, el diputado del Congreso de Tucumán, que en 1814 le pedía a un amigo cordobés que le enviara dulce de leche, cuando se supone que la Argentina se inventó en 1829; o sea que 15 años antes, por lo menos", cuando según otra versión lo había inventado la cocinara de Rosas accidentalmente al olvidarse la olla de leche con azúcar sobre el fuego.
"Lo cierto es que uno descubre que el dulce se comía en el sudeste asiático en la antigüedad, y que de allí pasó a Filipinas y por el Pacífico a Acapulco" de la mano de los conquistadores españoles, resumió Balmaceda tras repasar algunas anécdotas sobre el origen del producto.

Fuente diario La Nación y revista El Federal

1 comentario:

  1. También en Uruguay se habla del tema, como lo hizo Alberto Moroy en su artículo Dulce de leche, la discordia, en el diario El País, de Montevideo: “Para los uruguayos el dulce de leche llegó con los esclavos del Virreinato de Rio de la Plata (1778-1811). Es en este punto que se cruzan algunas historias en común, entre uruguayos y argentinos. Una versión indica que fue introducido por Ana Perichón, La Perichona, amante del virrey Santiago Liniers, veinte años antes que la leyenda argentina de la criada de Juan Manuel de Rosas. Ella tenía contactos comerciales con la isla Mauricio, una colonia francesa del océano Índico ubicada a cien kilómetros del África continental hacia el oeste. El virrey Liniers y su amante también eran franceses, aunque la mayoría de los esclavos provenía de Mozambique. De esta forma entre los franceses y esclavos parece estar el origen del manjar criollo”.
    El origen del dulce de leche estaría en realidad en Indonesia, que luego pasó a Filipinas, alrededor del siglo VI. Al ser conquistada ésta por la corona de España, el manjar comenzó a ser conocido en toda Europa, para luego llegar a América. Y por cuestiones que nos exceden y nunca entenderemos, pese a ser una de las últimas regiones en las que comenzó a utilizarse, se afianzó de inmediato al paladar argentino, hasta transformarse en Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico de Argentina, según la declaración de la Secretaría de Cultura de la Nación. Fuente Infobae

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