viernes, 14 de febrero de 2020

Gastronomía de Carnaval


Siempre las celebraciones se las asocia a la música, los bailes y a la muy buena gastronomía. Las Pascuas, Navidad, Año nuevo hasta el Día de los Fieles Difuntos posee una comida especial para la fecha. Por eso carnaval no es la excepción. Si bien en Argentina no tenemos un plato específico para dicha festividad, podemos decir que heredamos de los inmigrantes muchos de sus dulces que disfrutamos en toda ocasión como los crepes, las berlinesas o bolas de fraile, fritelle o buñuelos, los bolludagur o profiteroles.
Estamos en plena época de carnavales, que se desata la fiesta, reina la alegría y la diversión. Aunque las costumbres son distintas en cada país, el disfrutar al máximo de muchas delicias es algo común
Son los días previos a la abstinencia cuaresmal y por eso hay que aprovechar para tentarse con deliciosos manjares  que, en teoría, estarán ausentes de la mesa hasta después de Semana Santa. Por eso en casi todo el mundo encontramos muchas recetas típicas de masas fritas, mucha carne, quesos y dulces.
Antes de cumplir con la abstinencia cuaresmal hay que aprovechar bien para hartarse de los platos favoritos por eso triunfan en todas partes los dulces fritos, como los smoutebollen belgas. En otros países anglosajones el Martes de Carnaval se conoce como el Pancake Day, cambiando los crêpes por tortitas y sus variantes, que sirven para dar salida a los huevos, en teoría prohibidos más tarde.
Lo habitual es que predominen los platos más típicos de cada región, esos que no faltan en ninguna fiesta local, como ocurre con el mote con fritada en Ecuador o Colombia, también con el sancocho, o en Perú con el puchero y el paiche con yuca y plátano.

Italia El origen del Carnaval podría estar en las fiestas paganas en honor a Baco, pero lo que está claro es que Italia ha jugado un papel fundamental en la difusión de estas fiestas por todo el mundo. Los italianos viven con gran fervor los carnavales ya desde que termina la Navidad, con muchas fiestas locales diferentes. Además de Venecia, son famosos los carnavales de otras zonas como la Toscana, Emilia-Romaña o Nápoles, cada uno con sus delicias locales para descubrir.
Entre los dulces más conocidos tenemos los adictivos castagnole, pequeñas bolitas fritas y rebozadas en azúcar. También son imprescindibles las favette venecianos, muy parecidos a los buñuelos, o los chiacchiere -también llamados frappe o bugie-, rectangulares y crujientes. Similares a los Berliner germanos son los bomboloni, que pueden ir rellenos de chocolate, y hay otras masas fritas muy populares como los tortelli o, simplemente, fritelle, con distintas variaciones según la región.
Además podemos deleitarnos con otras tentaciones golosas como el migliaccio napolitano, una especie de pastel de sémola y ricotta, o el bizcocho berlingozzo, de tradición toscana. Todo se puede acompañar con el sanguinaccio, una crema de chocolate que deriva de una antigua receta elaborada con sangre de cerdo tras las matanzas. Y otra delicia más que no nos podemos perder es la pignolata, un dulce que en Sicilia se sirve con un glaseado de chocolate o limón, y en Calabria con miel.

En España,el Carnaval empieza el jueves Lardero con la butifarra de huevo de Cataluña, de ahí el dicho: «Dijous Gras, botifarra menjaràs! «Precisamente porque la carne y el huevo eran los alimentos prohibidos en la Cuaresma, la tortilla de butifarra de huevo marca la tradición.
Si vamos a los postres es la coca de llardons (chicharrones), una bollo dulce típica del Pirineo Catalán. Hecha a base de hojaldre, chicharrones y huevo que se cubre con piñones y azúcar.
 En Barcelona, no falta el cocido de Carnaval. Toda una exaltación al cerdo, del que no se desperdicia nada. Chorizo, cabeza, costilla, lacón, androlla, garbanzos, papas y grelos
Y para endulzar la fiesta en Galicia se comen las orejas de carnaval  u “Oreja de Fraile”. Se trata de una masa frita, fina y crujiente cubierta de azúcar que se rompe como el cristal.
La fiesta culinaria de Carnaval termina el miércoles de ceniza con el entierro de la sardina. Así que no es casualidad las parrilladas de sardinas que se organizan en varias comarcas, como en Arenys de mar, después de quemar al Rey Carnestoltes.

Alemania Conocido como Karneval, Fasching, o Fastnacht, hay celebraciones por todo el país pero sobre todo se lleva al extremo en las zonas católicas, y los más famosos son los de Colonia, Düsseldorf, Maguncia y Munich donde no falta el vino, la cerveza Kölsch y la comida bien calórica. Lo típico para entrar en calor son los derivados del cerdo, muchas Bratwurst, pretzels, gallina asada o guisada y sin que falte el queso , la panceta y la manteca. En cuanto a los dulces tradicionales, el imprescindible es el Berliner, también llamado Pfannkuchen, Krapfel o Kreppel. Es una masa dulce de panadería en forma de bollo redondo, como sin agujero como nuestra bola de fraile, fritas y rellenas de mermelada, crema o chocolate antes de rebozarlas en azúcar.

Suiza también tiene en esta época una de sus mayores fiestas del año en especial en Lucerna y Basilea. La tradición cristiana se mezcla con culturas paganas y el folclore local, y son muy característicos los desfiles y fiestas callejeras con los trajes, disfraces y las peculiares máscaras tradicionales. La fiesta empieza a las cuatro de la madrugada del lunes anterior al Miércoles de Ceniza, sin importar el frío que haga.
Entre las especialidades suizas típicas de la época destacan la sopa de harina, el Käsewähe y Zwiebelwähe -tarta fina de queso y de cebolla- y, por supuesto, los dulces fritos. Destacan las Fasnachtschüechli, una especie de tortas muy finas y crujientes que recuerdan a nuestras orejas, también los Schlüferli, Schenkeli o los Zigerkrapfen, una especie de empanaditas fritas rellenas de queso y frutos secos con canela y limón.

En Francia también tienen grandes fiestas por Carnaval, son muy famosos los festejos de Niza, Limoux, Dunkerque, Annecy . En cualquier caso, lo que sí es más común a toda Francia celebrar es el Mardi Gras, que supone el último día antes de iniciar la abstinencia de Cuaresma. Dulces o salados, los crêpes son muy tradicionales pero también los gofres. Otra receta típica que no suele faltan en los hogares son los guenilles o bugnes, muy parecidos a los buñuelos y a tantos otros dulces de sartén que se repiten por todo el mundo. Y tampoco se pueden olvidar los beignets, aunque los más famosos los encontraremos cruzando el Atlántico.

Un carnival genérico en Estados Unidos se puede referir a lo que nosotros llamaríamos feria ambulante, típica de las fiestas de barrios y pueblos. Pero el Carnaval propiamente dicho en este país nos lleva irremediablemente a Luisiana, donde nos espera el mágico Mardi Gras de Nueva Orleans. a través de la mezcla de culturas y con la música en la sangre.
Cada año por Carnaval no faltan los platos imprescindibles de su deliciosa cocina. Jambalaya, gumbo, salchichas andouille, étouffée, o el sándwich muffuletta son imprescindibles. En cuanto al dulce, el King Cake es precisamente eso, el rey, pero no se pueden olvidar los deliciosos beignets acomañados de café au lait.

Está claro que el Carnaval y Brasil van de la mano, es probablemente la fiesta más famosa del mundo y son muy conocidos sus fastuosos desfiles llenos de colores. Pero nunca falta el espectáculo callejero y la buena comida.
Después de tanto baile ,para recuperar energía lo hacen con la típica feijoada, el plato nacional que a pesar del calor no puede faltar. Por las calles se puede disfrutar de muchos otros bocados como el pan de queso, brochetas de carne, salchichas, el fricasé con huevos y limón y una buena variedad de salgadinhos, los aperitivos o picoteos.

En Finlandia también tienen sus bollos típicos de carnaval. Se trata del laskiaispulla, que puede estar relleno tanto de mazapán como de mermelada de fresa y crema montada. Lo mejor para disfrutarlos es acompañarlos de un buen café o una fabulosa taza de chocolate caliente.

Si queremos preparar o tomar un postre de Dinamarca, típico de esta celebración, no debemos olvidar los bollos Fastelavnboller. Su propio nombre lo dice todo, ya que Fastelavn significa carnaval en danés. En estas fiestas los niños se disfrazan y van por las casas pidiendo estos bollos dulces rellenos.

En Islandia, seis semanas antes de la Pascua, se celebra el Cream Puff Day. Se preparan y se venden en este día los bollos llamados Bolludagur, rellenos de crema o mermelada y cubiertos con un glaseado de chocolate.

Similar a los bollitos finlandeses y los daneses son los Semlor en Suecia, aromatizados con cardamomo y con un relleno de pasta de almendra y crema. Son típicos, sobre todo, del Martes de Carnaval.

En Rusia celebran la Maslenitsa, una semana carnavelesca que finaliza el domingo anterior a la víspera de la Cuaresma. Lo más típico de la gastronomía rusa en esta celebración son los blinis, unas tortitas que pueden rellenarse de forma dulce, con chocolate, miel, mermelada o de forma salada, con salmón, caviar, etc. Los blinis forman parte de la cocina tradicional eslava.

En Chipre, por su parte, también celebran a lo grande el Carnaval con muchos platos típicos de carne, sobre todo cordero pero también cerdo y pollo, y quesos locales. Son tradicionales las souvlaki o brochettes de cordero, afelia o guiso de cerdo y el tavva, asado de cordero con patatas y tomate. En cuanto al dulce, no pueden faltar los bourekia, masas fritas rellenas de un queso fresco local con agua de rosas, vainilla o aromas cítricos.

 Cada nación o cultura ha sabido adaptar el Carnaval a sus propias costumbres y tradiciones sin olvidar su esencia que es vivir con alegría, en paz y armonía aun en los malos momentos. El Carnaval nos permite tomarnos un respiro de las obligaciones cotidianas disfrutando de la música, el colorido y la excelente comida de esta festividad.  




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