martes, 6 de junio de 2017

Cocina de Europa Oriental

Europa Oriental o Europa del Este está compuesta por diez paísesː Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumanía, Bulgaria, Moldavia, Ucrania, Bielorrusia y Rusia. muchos de ellos, fueron antiguos miembros de la Unión Soviética. También se podría sumar Georgia, Armenia y Grecia. Los cuales no solo tienen una geografía sino también un pasado histórico en común, donde las distintas invasiones influenciaron en la cultura y por supuesto en la gastronomía.
Limita al norte con el Mar Báltico, Europa septentrional y el océano Ártico, al este con el océano Pacífico, al sur con Asia Central, Asia Oriental, el mar Negro, al suroeste con Europa meridional y al oeste con Europa Occidental.

Sus comidas más típicas se caracterizan por ser grandes fuentes caloríficas que ayudan a mantener el calor corporal en las épocas más adversas. Teniendo en cuenta que hablamos de algunas de las zonas más frías del planeta, como Siberia, situada en el Noreste de Rusia, predominan los alimentos calientes.
 Lógicamente, en sus menús abundan tanto las carnes como los guisos, generalmente en elaboraciones en las cuales se entremezclan estos dos conceptos. Otra de gustación, tradición de esta región son las recetas a partir de harina de trigo, con la cual se realizan desde postres hasta platos principales. Mientras tanto, en la zona mediterránea sobresalen las ensaladas y productos lácteos.
Puesto que se trata de una zona muy amplia, el tipo de alimentos varía considerablemente de este a oeste. Un rasgo común a todos ellos puede ser el uso del yogur o la crema agria en ciertos platos, o de determinadas verduras frescas, como los pimientos, la remolacha y los champiñones.

En función del país en el que nos encontremos, la cocción variará ligeramente. Esto sucede con una de las recetas más famosas, el 'gulash', cuyo origen proviene de Hungría, asimismo es un plato tradicional de la República Checa. El goulash, de un color rojo intenso, debe su aroma y sabor principalmente a los pimientos rojos, conocido en otras partes como gulas o goulasch.. Es una clásica receta de los campesinos del lugar, que combinaban carne de vacuna con cebollas y paprika, formando así un estofado de cocción larga que servía como alimento que se podía hacer en cualquier parte cuando acampaban. Así es como la tradición perduró y hoy por hoy es un plato obligatorio en cualquier restaurante de dichas zonas. Suele acompañarse de papas y pan. Ideal para el invierno, pero ciertamente atemporal.

Ingredientes:
1 kilo de carne de ternera  (no es necesario que sea un corte costoso, sí tiene que ser pulposo)
Medio kilo de cebollas
Una cucharada de extracto de tomate
Una cucharada de páprika
Una cucharada de pimentón dulce
Una taza de caldo de carne
Una taza de vino tinto
Sal, pimienta, tomillo y salvia

Preparación:
En primer lugar, debes cortar la carne en trozos no demasiado grandes e irregulares. Luego saltéalos en una cacerola con aceite de oliva y añade las cebollas cortadas en pluma. Cuando se estén terminando de saltear, agrega la cucharada de pimentón y la de páprika. Revuelve bien.
Será el momento de incorporar los líquidos a la cocción. Añade la taza de vino, la taza de caldo y la cucharada de extracto de tomate. Mezcla bien la preparación, deja aún a fuego fuerte hasta que todo rompa el hervor, condimenta con sal, pimienta, tomillo y salvia y deja el fuego más bajo.
Deja cocinar el goulash a fuego lento por, al menos, dos horas. Verás que sobre el final de la preparación, la carne quedará muy muy tierna y se formará una exquisita salsa espesa. Si ves que te estás quedando corto de líquido, añade un poco más de caldo o vino. Algunos también optan por terminar la preparación con un poco de crema. Sirve, acompañando en lo posible con spatzle, que son unos pequeños ñoquis que ejercen de tradicional acompañamiento de este delicioso plato de Europa del este.

 Cómo uno de los platos mas famosos de este territorio es el preparado ruso, 'boeuf Stroganoff' o lomo Strogonoff. Consiste en carne cortada en pequeños carne, rehogada en aceite con champiñones y cebollas picadas. A continuación, se añade crema agria y en algunos casos una pizca de salsa de tomate. Se sirve con papas y especias salteadas por encima.

Rumanía contribuye con un cremoso plato de champiñones en salsa de crema agria que, una vez servido, presenta un aspecto similar al del stroganof. El eneldo, la hierba más empleada en esta zona, da a este plato ese característico sabor que lo diferencia del stroganof.
De Bulgaria, país vecino de Rumanía, viene el bajaldo, un plato cuya preparación requiere mucho tiempo y que se hace con berenjenas pequeñas (para que se asen uniformemente). El fuerte aroma y el delicioso sabor de las berenjenas al vino blanco, bien valen este esfuerzo.

Algo que es frecuente en esta cocina de Europa Oriental , son las recetas elaboradas con papas es interesante observar las semejanzas entre las empanaditas de papa de Checoslovaquia o Polonia . Estas empanaditas cambian su nombre según la región y el tipo de cocción, ya que se pueden comer hervidos, fritos o al horno. De la mano de los judíos de Europa central se los llama varinikes y en Polonia son los piroghi . Tienen distintos rellenos pero los mas conocidos son los de papa.

Hay varios platos vegetarianos polacos, todos ellos estupendos, pues la cocina de este país es mucho más rica que la de sus vecinos. Los hongos, los tallarines, el chucrut, remolacha y una gran variedad de platos de papas, se encuentran entre lo mejor de la cocina de este país principalmente agrícola.

Bajo ningún concepto debemos olvidar el pan negro campesino, y menos aún si tenemos en cuenta que es el sustento de algunos de los pueblos más pobres del mundo. Los aristócratas que pasaban el verano en el campo, disfrutaban de los deliciosos alimentos tradicionales de los campesinos. Este pan es excelente para acompañar al «caviar» de berenjenas y pimientos, típico de Yugoslavia, un plato frío para los calurosos veranos del país.

Otros Platos típicos

El 'Jachapuri' es una de las degustaciones características a varios estados, sobre todo en Rusia y Georgia. Estas tortas contienen manteca, queso, leche, sal y un total de cuatro huevos, ideal para la época de bajas temperaturas. Antes de servir se puede recubrir con un chorrito de aceite.

 También contiene abundantes especias, característica muy común en la cocina del Este de Europa, gran parte de ella autóctona y otra, procedente de la influencia asiática. Una muestra es la que apreciamos en los sabores georgianos, donde algunas de sus especialidades son el 'chajojbili', un guiso de carne con tomate, condimentado con diferentes hierbas.
Otras degustaciones hechas a partir de harina son los 'pelmenis', que consisten en bolas carne picada de cerdo, ternera y cordero. Igualmente, se adereza con numerosas especias que varían según la región. Se sirven con cremaa agria, queso o manteca por encima en una suave mezcla de texturas.

En Polonia, Ucrania, Bielorrusia, Rusia y Eslovaquia tienen una larga tradición los 'blinís'. Generalmente, se llevan a cabo con la llegada de la primavera y simbolizan la llegada del Sol, de hecho, su forma y su color recuerdan al astro. Son en unas especies de panqueques gruesos, donde el ingrediente clave es el trigo. Existen muchas formas de realizar este plato, entre las más típicas se incluye un relleno de pescado y caviar.

En la Región Sudeste, el pescado, en menor medida, además se encuentra presente sus dietas, aunque sobre todo se da en la región Sudeste. Esto se aprecia en la cocina de territorios como Chipre o Grecia, la cual es más variada y saludable, incluida en la prestigiosa dieta mediterránea. También destacan sus ensaladas y frutas, casi siempre cítricas, especialmente en Azerbaijan.

 El 'ghapama', se consume especialmente en Navidad. Tiene su origen en Armenia y se prepara a partir de una calabaza abierta, cocinada con arroz hervido, duraznos, manzanas y almendras. Toda una delicia que es acompañada de miel, azúcar y canela.

La 'musaka' es una exquisita degustación de origen balcánico y árabe cuya preparación más conocida es la griega aunque del mismo modo es consumida en otras zonas de Europa. Consiste en una especie de masa o pasta de berenjenas, tomates y carne picada de cordero, recubierta de salsa bechamel y horneada. Se estructura por capas, donde cada ingrediente tiene una posición asignada para crear una perfecta fusión de sabores.

No podemos olvidar las sopas. Una de las más amplias variedades de sopas la veremos en Armenia, desde las tradicionales de verduras o fideos, hasta las más elaboradas con setas secas y arroz, como el 'sunki apur' o con manzana, arvejas y ciruelas pasas, como el 'bozhbash de Erevan'. Muchos de sus ingredientes se han vuelto indispensables en su dieta, como el aceite, el tomate, la cebolla o la papa. En la República Checa, su sopa más típica es  la Kulajda. En este caso la diferencia con otras recetas es que no se elabora a partir de un caldo de carne o pescado, sino que se utiliza agua mezclada con leche o crema agria para aportar esa textura caldosa. Además, los ingredientes más importantes de esta sopa son las setas o champiñones, las papas, el eneldo y el huevo duro.

El borsch es una sopa originaria de Ucrania, donde se consume masivamente, pero que se ha extendido a muchos de los países de Europa del Este y Europa Central.
Tiene como característica principal su color rojo, que se lo da uno de sus ingredientes principales: la remolacha. Además, también lleva tomate, cebolla, jugo de limón, ajo y zanahoria. Todo ello en un caldo de carne y con especias como el laurel, el orégano, el perejil o el cebollita de verdeo.
Otra rareza es el 'dovga', una sopa elaborada a partir de yogurt, espinacas y arroz. Si bien, toda la región Este se caracteriza por un alto contenido de productos lácteos en sus platos, la zona mediterránea alberga la mayor variedad, de donde se considera originaria las primeras muestras de yogurt.

POSTRES
Como podemos comprobar, un gran número de recetas incluyen productos lácteos, lo que también es extendido a sus postres. Entre su amplia variedad encontraremos todo tipo de tartas, sobre todo con frutas o chocolate, yogures, mouses y helados. Un ejemplo es el 'prianiki', un dulce de jengibre con chocolate o mermeladas.

La crema rusa es un postre dulce, nutritivo y delicadamente aromatizado. Otro postre alemán, también delicioso, es la torta de semillas de amapola. Las semillas de amapola negra se emplean en la repostería de muchos países de Europa oriental y tienen una textura y un sabor muy peculiares y agradables.

 Uno de las sobremesas más extendidas por el mundo y cuyo origen se considera húngaro es el 'strudel', el cual contiene harina de trigo con el que se realizará el hojaldre, manteca, azúcar, manzanas, nueces y huevos. Una receta similar es el 'buchty' eslovaco, cortado en finas porciones a modo de pequeños tartitas.

BEBIDAS En esta vasta región hay vinos excelentes, sobre todo en Yugoslavia (Reisling) y Bulgaria (Chardonnay). Sin embargo, la bebida alcohólica por excelencia es el vodka como el vodka de cereza polaco y el vodka de limón de Leningrado. El slivovitz, o coñac de ciruela, es un famoso licor búlgaro, mientras que en la Rep.Checa y Eslovaquia se consume en abundancia la cerveza Pilsen.

Fuente
http://entretenimiento.facilisimo.com/blogs/salir-y-viajes/rutas-gastronomicas-por-el-este-de-europa_757092.html

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